Si bien muchos clubes admiten que son alternativas complementarias y que el pádel no canibaliza al resto, otros han desarrollado novedosas estrategias comerciales y con nuevos formatos de competencia para hacerle frente. Enlace
Florida Soccer es un club con 15 años de historia. Desde sus inicios, sus canchas de futbolito tuvieron una alta demanda, tanto por su ubicación a dos cuadras de una estación de metro (San José de la Estrella) como por su cercanía con una segunda comuna de alta población, como Puente Alto. El gerente del complejo, Rodrigo Castro, cuenta que en 2018 tomaron una decisión arriesgada: ser los primeros en construir canchas de pádel en sectores más populares alejados de las comunas del sector oriente de la capital. Para esto, optaron por construir tres canchas de este deporte en el estacionamiento de las canchas de futbolito. Pero el éxito no fue inmediato, confiesa Castro.
Hace cinco años, el que ahora es el deporte de moda y de mayor crecimiento en el país era recién una apuesta. El ejecutivo de Florida Soccer cuenta que fue un trabajo intenso de muchísimas invitaciones a clientes, apalancándose con el hashtag #padelparatodos. Invitaron a jugar a los ganadores en las ligas de fútbol que tenían activas en el club y así, de a poco, comenzaron a sumarse jugadores. Las competencias se organizaban con tablas de posiciones y ligas con puntos, para continuar con la “idiosincrasia pichanguera” que tenía la comuna, relata Castro. Hoy la situación es radicalmente distinta.
La pandemia fue un aliado impensado y decisivo para el pádel, que tuvo restricciones más laxas que otros deportes debido a la natural distancia física que hay entre quienes lo practican. Su facilidad de juego también ayudó en su masificación, al igual que lo barato de sus implementos: una “pala” parecida a una paleta playera, zapatillas similares a las de tenis y ropa deportiva. Según el director de Crecimiento de la aplicación de gestión de espacios deportivos Easycancha, Eduardo Donoso, el pádel ha facturado en los primeros ocho meses del año casi US$ 17 millones en los clubes adheridos a esta plataforma. “Es una industria en expansión”, plantea Donoso.
Y las cifras le dan la razón: si en 2020 había solo 17 clubes de pádel, actualmente la cifra se amplificó a 204 a nivel nacional. Según cifras publicadas por “El Mercurio” en julio pasado, el pádel ya representa un tercio del total de ingresos de todos los deportes que se ofrecen en Easycancha, que registra cerca de 3.600 reservas diarias en 1.174 canchas asociadas. En América Latina, donde el boom es similar, la aplicación ya cuenta con 900 mil usuarios registrados y más de 11 millones de reservas acumuladas.
¿Competirle o unírsele?
A pesar del auge, en varios clubes coinciden en que el pádel no ha canibalizado a otros deportes, sino que ha sido un complemento muy virtuoso. En otras palabras, no necesariamente les ha quitado deportistas, sino que ha sumado a nuevas personas que antes no eran tan aficionadas a los deportes. El director comercial de Ciudad Deportiva de la Universidad San Sebastián (USS), Pedro Covarrubias, comenta que esto se da especialmente en las personas que superan los 40 años.
“En este grupo hay clientes que prefieren evitar deportes de contacto como el futbolito, para cambiarse a otros como el pádel que son menos propensos a provocar lesiones”, afirma. En esta misma línea, en Florida Soccer decidieron invertir en tres nuevas canchas en 2021 debido a la positiva acogida del público. Incluso Castro, su dueño y gerente, decidió dejar de jugar fútbol, pese a haber entrenado en Audax Italiano hasta los 21 años, para cambiarse al pádel. Maiclub La Florida es otro caso similar: sustituyeron en dos de sus complejos una cancha de futbolito por cuatro de pádel. Y la USS hizo lo mismo, cambiando tres canchas de futbolito por diez de pádel.
A pesar de este escenario de paulatina transición hacia un mayor número de canchas de pádel por sobre las de futbolito —que ofrecen mayor tasa de uso y menor costo de mantención, haciéndolas más rentables—, hay algunos clubes que se niegan a dejar los deportes más clásicos. Y para eso han tenido que echar mano a diversas estrategias. Las más tradicionales son las mejoras en las condiciones, como infraestructura e instalaciones. Pero hay otras más ingeniosas. Una de ellas es el desarrollo de lazos comerciales con empresas y marcas vinculadas al deporte —como bebidas isotónicas, productos de cuidado masculino o femenino, o ropa deportiva—, para que los jugadores reciban premios o regalos después de los partidos.
Pedro Covarrubias asegura que el futbolito sigue teniendo su público y que no ha decaído en los últimos años. “Siempre va generando nuevos interesados desde temprana edad, que lo van nutriendo y que quieren venir a jugar”.
El tenis y el squash
El tenis tampoco se queda atrás. En Easycancha cuentan que, después del pádel, es el deporte que tiene más reservas. Según sus números hay unas 2.900 reservas diarias en sus distintos clubes asociados.
El gerente general del Club Santa Elena de Colina, Claudio Acevedo, relata que la pandemia incentivó a personas que buscan los deportes individuales. El squash juega en una liga distinta. Es un deporte de nicho (con cerca de 70 reservas por día, según Easycancha) y, por lo mismo, la estrategia de los clubes fue personalizar la oferta.
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