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Foto del escritorVital Comunicaciones

[EL MERCURIO] Purificadores de aire cumplen promesa, pero no mitigan todos los males respiratorios

Eliminan partículas, bacterias y malos olores. Antes de adquirir alguno, hay que evaluar que tengan un filtro HEPA, certificaciones y que la potencia cubra el área deseada.



El hijo de Pablo Domínguez no lo pasaba bien en el invierno. 'Cada año tenía, por lo menos, tres episodios de problemas respiratorios', dice este ingeniero civil. Pensó que una solución era mejorar la calidad del aire de su casa adquiriendo un purificador. 'El problema es que te los venden como la gran panacea, pero no sabes si realmente sirven'. Como buen ingeniero decidió medir su eficacia y para ello compró un sensor de material particulado e hizo mediciones en su casa, en Vitacura.

Midió la calidad del aire en distintas circunstancias: al abrir las ventanas para ventilar, con la casa cerrada, quemando intencionalmente un pan tostado. Esto con y sin el purificador funcionando. Por ejemplo, tras abrir las ventanas para ventilar, el medidor indicó 150 partes por millón (ppm) de material particulado. Al usar un purificador (para la prueba empleó el Fellowes Aeromax DX95) el material particulado llegó a los 20 ppm tras una hora de funcionamiento y a 6 ppm a las 2 horas y media. 'Desde el punto de vista práctico, mi hijo no tuvo episodios respiratorios en ese período, aunque puede deberse a múltiples factores', aclara.


¿Antialérgicos?


Con la llegada de la primavera, muchos piensan en un purificador de aire como una solución para mitigar las molestias típicas de la alergia, pero hay que tener en claro que si bien cumplen su objetivo de purificar el aire, esta tecnología no soluciona todas las alergias. 'Los que han demostrado ser útiles son los que tienen el filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air), que usan una fibra de vidrio para filtrar partículas muy pequeñas', dice Gigia Roizen, inmunóloga de la Clínica Alemana. La especialista advierte, eso sí, que no sirven para cualquier tipo de alergia. 'Los estudios han demostrado su eficacia en las alergias asociadas a ácaros del polvo y a caspa de mascota, que están dentro del hogar. No serían tan eficaces en las alergias asociadas al polen, ya que el elemento está en el exterior del hogar y para ello hay otras medidas de mitigación', explica. También se los usa para limpiar el aire en ambientes contaminados.



Un ejemplo es Coyhaique, donde la autoridad regional adquirió estos equipos para usarlos dentro de las aulas de establecimientos educacionales y bibliotecas públicas. Esto, dado los altos grados de contaminación de esa ciudad. En el mercado existen purificadores para el hogar que van desde los $50 mil a más de $500 mil. 'Al momento de comprar uno es importante tomar en consideración el área a cubrir. Esto es similar a un sistema de calefacción, en que su eficiencia está garantizada según el área. Para superficies más grandes, se necesitan equipos con mayor potencia', dice Jorge Montenegro, gerente de producto de Aire Acondicionado y Purificadores en Samsung. Los equipos, dice Montenegro, usan dos tipos de filtro. 'El purificador succiona el aire y lo pasa por los filtros: uno es lavable y retiene partículas más grandes y el otro es para las partículas más finas y que hay que renovar cada cierto tiempo', aclara Montenegro. Este último, dura entre seis y doce meses, dependiendo del ambiente en que deben operar.

Entre los elementos que retienen están el polvo, el material particulado en suspensión, ácaros, caspa de animales, etc. También hay los que ofrecen protección contra virus y bacterias. Una tecnología que logra eso es la SPI (Ion de Sper Plasma), que ataca a los contaminantes con hidrógeno y oxígeno. 'Al comprarlos, también hay que revisar sus certificaciones y que estas provengan de instituciones reconocidas', enfatiza Luis Sanhueza, coordinador de servicio de Daiki, empresa que comercializa el purificador Ururu. El ejecutivo comenta que hay equipos que incluyen un filtro de carbón activo cuyo objetivo es eliminar los malos olores como el de tabaco y el de fritura. Otro de los puntos en los que hay que poner atención es en el sonido que emiten.

'Los equipos tienen modos de funcionamiento: uno normal para el día y otro silencioso para la noche. En este último emiten cerca de 17 decibeles (comparable a una conversación en baja voz en una biblioteca)', dice Sanhueza. El consumo energético también es relevante al pensar que estos equipos pasan muchas horas prendidos. Este varía según el modo de funcionamiento, pero puede ir entre los 30 y a los 80 watts. 'Hice un cálculo con el que yo usé y tenerlo prendido las 24 horas durante un mes en el modo normal, tiene un costo en electricidad de $1.900, lo que es marginal', aclara Domínguez.

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