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[EL MERCURIO] Cuatro de cada diez chilenos dicen tener una calidad de sueño “muy mala”

Foto del escritor: Vital ComunicacionesVital Comunicaciones

El problema son las repercusiones de un descanso inadecuado en la salud mental y física, que pueden empezar a notarse desde el día siguiente y empeoran al hacerse crónicas, advierten los especialistas en el tema. Enlace


'Hay una epidemia en el mundo de trastornos del sueño, pero pasa desapercibida', según Fernando Schifferli, neurólogo, miembro fundador de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño y director médico en Dormir.cl.


Por eso Schifferli participó del estudio de Corpa Market Intelligence que identificó cómo durmieron hombres y mujeres, de entre 18 y 70 años, de todo Chile en 2020 (con 436 casos) y en 2023 (con 1.120 casos).


'Queríamos saber cómo se estaba viendo afectada la calidad del sueño por la pandemia y ahora, que ya salimos de la crisis sanitaria, queríamos saber cómo estaba el panorama', acota Pavel Castillo, gerente de Intelligence en Corpa.


Los resultados revelan que todavía hay un porcentaje importante de personas que no está descansando de forma adecuada.


Andrés Silva Ruiz, neurólogo de la Clínica Somno, que no está relacionado con la encuesta, explica que 'un buen dormir significa que uno tenga la capacidad de conciliar el sueño antes de 20 minutos, que no sea interrumpido —si uno se despierta uno o dos veces en la noche, que esto sea breve— y luego que al despertar al día siguiente se sienta refrescado'.

'En general, se necesitan siete a ocho horas de sueño; sin embargo, hay gente que por sus genes son dormidores cortos, que necesitan cuatro horas, y otros largos, que necesitan nueve o diez horas', dice.


Los resultados de la encuesta muestran que el 41% de los evaluados indicó que su calidad de sueño es 'muy mala' en 2023; esto supone una baja respecto al 58% observado en 2020. Asimismo, solo el 35% tarda 15 minutos o menos (más que el 30% en 2020) en quedarse dormido y el 27% demora entre 16 y 30 minutos en hacerlo (menos que el 31% en 2020).

A juicio de Alejandro de Marinis, neurólogo del Programa de Medicina del Sueño de la Clínica Universidad de los Andes, quien no tiene vínculo con el estudio, 'las cifras han mejorado en general, pero siguen siendo malas'.


'Todavía tenemos un 41% de la población que dice que está durmiendo ‘muy mal', es ciertamente un problema importante por lo que eso significa en términos de su salud', explica.


'Que en torno al 50% de las personas está demorando más del tiempo normal en quedarse dormido —entre 10 y 20 minutos— constituye un insomnio de conciliación', señala. También hay insomnio de mantención: 'De las personas que se despiertan en la noche, solo el 62% vuelve a quedarse dormido en 15 minutos o menos, y vemos que casi el 40% de las personas empieza a tardar mucho tiempo en volver a dormirse', indica.


Silva acota que los resultados del estudio 'corresponden con lo que uno ve en la consulta: durante la pandemia, se vio un cambio negativo de los hábitos, la calidad y duración de sueño, por la incertidumbre, entre otras razones. Ahora han ido mejorando estos componentes, pero todavía hay un rezago'.


Reloj biológico


Según De Marinis, 'la causa por la que se siguen produciendo estos problemas de sueño tiene que ver con varios factores que le dan señales inadecuadas a nuestro reloj biológico, el que nos pone a dormir y nos despierta'.


Se refiere, entre otros, a que 'hacemos durar el día hasta muy tarde, sobre todo en esta época del año: hay luz hasta las 7:00 de la tarde, y eso hace que sea más difícil para nuestro reloj biológico saber cuándo es el momento de dormir, ya que tenemos menos noche antes de irnos a dormir'.


También hay enfermedades como el roncar y la apnea del sueño, así como que las personas postergan la hora de dormir para alargar más el día, por razones de trabajo o de ocio, por ejemplo, dice el especialista. Esto se suma a una falta de buenos hábitos del sueño (ver recuadro).


La relevancia de intervenir esto es que 'las consecuencias de dormir mal son muy importantes e infravaloradas', dice De Marinis. 'En general, cuando uno empieza a dormir seis horas o menos, comienzan a ocurrir fenómenos que se manifiestan al día siguiente: se afecta el ánimo, cae la atención, aumenta la irritabilidad y aumenta el descontrol de impulsos', precisa.


'Lo más serio es cuando es crónico: aumenta la probabilidad de tener enfermedades cardiovasculares, de cuadros de resistencia a la insulina, problemas al sistema inmune, de desarrollar cuadros de ansiedad o depresión. Ahí se forma un círculo vicioso, porque la ansiedad o la depresión pueden producir insomnio, y a su vez el insomnio puede aumentar la ansiedad y la depresión', añade.


La buena noticia es que en gran medida 'esto es reversible', enfatiza Silva. 'Si tú duermes mal una noche, te causa un daño, pero si duermes bien las otras noches, eso se repara. Incluso tú puedes estar durmiendo mal muchos meses y años y después empezar a dormir bien, y se revierten los cambios en gran medida'.


La llamada, concluye De Marinis, 'es a mantener una buena higiene del sueño y a consultar, a más tardar, cuando se tienen 15 días de insomnio seguido'.

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